El 1º de Mayo es un día para celebrar el orgullo de pertenecer a la clase trabajadora. También para extender la solidaridad con los pueblos hermanos, como el palestino, que sigue sufriendo un infame genocidio que perseguirá la conciencia de Israel y de aquellos países de Occidente que son cómplices con su silencio. Y sirve para hacer balance y trasladar las reivindicaciones que consideramos necesarias. Comisiones Obreras es la mayor organización sindical de nuestro país y asumimos la responsabilidad, con propuestas y desde la movilización.
Precisamente, los mayores avances de los últimos meses han venido de la mano del diálogo social. El salario mínimo interprofesional ha seguido subiendo (lo ha hecho ya un 54% desde 2018) en el objetivo de alcanzar el 60% el salario medio, como establece la Carta Social Europea. Se calcula que en Asturias la subida de 2014 ha beneficiado a más de 46.000 personas.
Y luego está la reforma laboral, cuyos logros son incuestionables. En nuestra comunidad autónoma tres de cada cuatro personas afiliadas al régimen general ya tienen un contrato indefinido, y más de la mitad además a tiempo completo, porcentajes que están en máximos de la serie histórica. Y, por el contrario, el porcentaje de personas con contrato temporal se queda en el 15%, niveles históricamente bajos.
Ahora hay que avanzar en el objetivo del pleno empleo y adaptar el marco regulatorio para generar un empleo de mayor calidad en el futuro. ¿Cómo? Reduciendo la jornada laboral, mejorando la contratación a tiempo parcial, extendiendo los contenidos de la Ley Rider al conjunto de la economía de plataforma, con una regulación del despido que respete los compromisos internacionales (endureciendo los requisitos tanto del despido individual como colectivo). También es imprescindible que el proceso de digitalización, y la incorporación de la inteligencia artificial, sirvan para aumentar la productividad de las empresas trabajando menos tiempo y en mejores condiciones. Nos haríamos un flaco favor si convertimos los logros tecnológicos en grilletes que nos condenen a la presión laboral y el estrés.
Por otra parte, en mayo de 2023 firmamos el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, tras varios años bloqueado. Después de acumular una pérdida (en Asturias de siete puntos y medio) de poder adquisitivo, los nuevos convenios firmados desde entonces ya contemplan subidas salariales más acordes con lo que recoge el AENC. Es la hora de extender a los salarios la recuperación económica que registra el país y el extraordinario incremento de los beneficios empresariales. Es la hora del reparto.
A pesar de la mejoría, el mercado laboral asturiano sigue emitiendo señales preocupantes: tenemos niveles inasumibles de desempleo, altas tasas de paro juvenil y de larga duración, y una muy deficiente cobertura por desempleo. Por eso estamos reclamando planes de choque por el empleo específicos para mujeres, jóvenes y mayores de 45, colectivos especialmente necesitados. Por eso es tan importante sacar adelante la reforma pendiente de la prestación por desempleo, para extenderla y mejorarla.
A esta situación no es ajena la industria. El sector pilar de nuestra economía ha perdido decenas de miles de empleos en las últimas décadas, a causa de las sucesivas reconversiones. Por eso, CCOO está exigiendo un Pacto de Estado que articule una apuesta inequívoca por el sector, con políticas e inversiones ambiciosas, como están haciendo otros países.
La transición energética -como temíamos- está haciendo mucho daño en Asturias, al obligarnos a cerrar actividades y prescindir de cientos de empleos, sin que hayan llegado las compensaciones prometidas. Y cuyos efectos devastadores aún no han terminado: entre otras incertidumbres está por ver qué decide hacer finalmente Arcelor con sus instalaciones. En CCOO lo tenemos claro: independientemente de su decisión, con o sin Arcelor, el Estado debe garantizar la continuidad del sector del acero, que es estratégico para el país.
Para encontrar su sitio en el siglo XXI, Asturias necesita fortalecer su industria, avanzar en el empleo decente, extender la protección social, mejorar su Estado de bienestar (con más inversión y mejor gestión en sanidad, educación y dependencia), avanzar en la política de cuidados desde la corresponsabilidad, garantizar el acceso a la vivienda (para que la juventud pueda emanciparse). Y necesitamos que las infraestructuras dejen de ser un calvario de retrasos y cancelaciones.
Asturias lo merece y lo necesita. Como primer sindicato lo reivindicamos en este 1º de Mayo, que celebramos en Langreo, y nos comprometemos con ello. También con la defensa del sistema democrático. Ante la deslegitimación de los resultados electorales que hace la derecha y la ultraderecha, sembrando odios, bulos y violencia, reafirmamos nuestro compromiso con la voluntad popular expresada en las urnas, convencidos de que es la mejor herramienta para avanzar en igualdad.